Un lanzamiento desde lejos que sorprendió al portero japonés Kekeru Fukuoka pusó al Barcelona la primera piedra sobre la que cimentar su victoria ante los japoneses, que no empezarían a jugar alegres hasta que llegó el segundo gol catalán. Sin nada que perder se marcharon hacia adelante con desparpajo y con cierto peligro sobre la portería blaugrana. Un lanzamiento de falta del futbolista que hasta el momento ha dejado mejor impresión en este tipo de acción, Masaki  Ikeda (5) puso al portero culé en un aprieto, pero lo resolvió el espigado Pau Rosell.

No sería hasta la segunda parte cuando veríamos otro de los golazos del torneo. Haine Fukuda (11) robaría el balón en su defensa y tras recorrer todo el campo se plantaría al borde del área para resolver con soberbio disparo una gran jugada poniendo el 2-1 en el marcador. Pudo repetir el propio Fukuda un par de minutos después en una jugada parecida pero le pecó esta vez el individualismo porque esperaba el balón un compañero totalmente sólo y Fukuda, tal vez cansado todavía, acabó por estrellarse con el único defensa que protegía al portero del barsa de la acometida rival.

El Barcelona consciente de que tenía que recuperar el control de balón se dedicó a ello durante lo que restaba de partido, y a pesar de que el Osaka volvió a tirar de pundonor y casta no fue esta vez capaz de repetir la gesta, aunque estuvo realmente cerca.