

Tal vez pueda ser el partido con más desigualdad que existe, pero seguro que será el que despierte mayor atención en las gradas, y salvo los incondicionales culés más de uno pondrá su corazoncito y su garganta a disposición de los pequeños japos que se han metido al público en el bolsillo, por honestos y respetuosos en el campo y por simpáticos fuera del mismo. Si los pequeños cerezos se van a llevar de Vilagarcía una experiencia inigualable, los que presenciamos sus partidos nos quedaremos con su comportamiento ejemplar.
Pero dejando de lado sentimientos, el Barcelona es muy favorito por muchas cosas, portería con solvencia, circulación de pelota más que correcta salvo que en el centro del campo su jefe de operaciones, Oriol Busquets (4) decida jugar de manera excesivamente individualista. Algo que aún así en este partido podría jugar a favor del Barça, dado la poca talla que gastan los nipones, que si ya tienen lo suyo con Busquets, no les costará menos frenar arriba al killer culé Aboubakar Camara (7), otro portento físico del torneo que puede hacer valer esa condición más que nunca en el partido frente a los simpáticos japoneses.
El Osaka ya ha tenido premio llegando a cuartos de final, pero sin duda puede explotar sus opciones. Si defensivamente su entrenador sacrifica a un hombre para pegarse a Oriol Busquets puede hacer que el Barcelona tenga problemas para hacer circular la pelota, si además en ataque intenta superar en hombres el centro de campo catalán y aprovecha la velocidad de sus jugadores podría poner en algún apuro a los jugadores blaugranas. Aunque las sorpresas en el fútbol últimamente se dan menos de lo que parece, el Cerezo Osaka nos ha demostrado que siguen existiendo. Veremos si Takuma Maruoka (6), Takumi Ofuka (9) o Haine Ofuka (11) están inspirados para regalarnos al menos un partido alegre y vistoso.