El arranque del partido, con el pase a semifinales en juego, estuvo marcado por el respeto profesado por ambos equipos. Después de unos instantes de tanteo, el Real Madrid fue el primero en golpear, imprimiendo intensidad y velocidad al juego. Después del primer gol, los blancos, con una disciplina ejemplar, apenas permitieron el juego combinativo de los periquitos, mostrando su destreza a la hora de jugar con y sin balón. Sin duda el equipo blanco ha sorprendido en esta eliminatoria, mostrando un nivel superior al de la fase de grupos.

El equipo catalán, con una línea de tres defensas y dos jugadores cerrando por delante, consiguió fabricar algún contraataque, saliendo con velocidad desde atrás. Lejos de depender de individualidades, sus ataques son siempre colectivos y combinativos, buscando siempre la portería contraria y creando superioridad a medida que el balón avanza. Sin embargo, acuciados tal vez por la ansiedad o desbordados por la disposición táctica de los merengues, no se dieron mostrado con la energía alegre, combinativa y vistosa que los ha traído hasta esta fase.

En la segunda parte, el cuadro catalán no fue quien de realizar transiciones rápidas defensa-ataque, lo que le dio confianza al Real Madrid. Fue tan sólo en los últimos minutos cuando el equipo de Barcelona consiguió poner en apuros a los blancos, pero aprovechando los despistes de los blanquiazules los merengues no perdonarían. Habiendo demostrado su rapidez y verticalidad, el Madrid llega a semifinales dispuesto a dar mucha guerra a su rival.

Goles: Carlos Algarra (8), Miguel Baeza (10) y Diogo Daniel Pires (14).

Jugador más destacado: Miguel Baeza, del Real Madrid.