

La paridad en el aspecto físico nos ha permitido disfrutar de uno de los mejores encuentros de esta primera fase, al enfrentarse dos de los conjuntos más fuertes en todos los aspectos del juego: físico, técnico, táctico, tanto en lo colectivo como en lo individual. Desde aquí felicitamos a sus respectivos cuerpos técnicos por un trabajo que verá sus frutos en el futuro sin ningún género de dudas. Hemos visto sobre el campo a jugadores de una gran clase, no sólo en el aspecto técnico sino también en su compromiso con el juego colectivo: capaces de jugar y hacer jugar.
Los componentes de ambos conjuntos dieron una lección de trabajo colectivo, mostrando además pinceladas de gran talento individual, pero siempre con el compromiso de favorecer al equipo, olvidando el lucimiento personal. Un Valencia muy fuerte con una mentalidad tremendamente competitiva dio culminado una nueva remontada. El cuadro che se mostró trabajador y comprometido, colaborando grupalmente en ganar el balón lo antes posible. Cuando recuperan la posesión su primera opción es asegurar los primeros pases, utilizando sin dudar a su portero, con buen criterio ya que domina el juego de pies a la perfección. Combinando en corto con sus defensas, siempre bien orientados, o en largo con su delantero Abel Ruiz (9), quien aporta mucho criterio con sus ayudas.
Respecto al Espanyol, equipo de enorme talento que nunca ha decepcionado en Vilagarcía, decir que estuvo bien colocado en el campo, muy parejo a su rival y sabiendo moverse con y sin balón. Buen criterio en el manejo de sus centrocampistas, con el hándicap de ser menos resolutivos que los valencianos, pero aún así muy ordenado y poniendo en jaque a su rival en varias ocasiones, utilizando todas sus armas: entradas por ambas bandas, buenas conducciones interiores, buen trabajo en el aspecto estratégico, con jugadores de excelente golpeo.
Goles: para el Valencia, Hugo Guillamón (3) y Enric Martínez (6); para el Espanyol, Antoni Paredes (11).